El ángel suicida
cae frente a mí,
de alas quebradas,
grotescamente retorcidas;
sus ojos me miran inquieto,
parece aturdido,
descontento,
sangrante de tanto aire…
Tardé diez putos meses
en recuperar mi esperanza,
en volver a pasear,
en volver a confiar;
tuve que repetirme
que se trataba de una fantasía
para no volverme loco de celos.
He aprendido a llorar
sin gesticular,
a ignorar todo lo que
cae
de mi
cielo
queriendo huir;
he tardado en aprender
que lo tuyo
es mío
y de nadie que ose perturbarlo.
( No amo,
sobrellevo.)
Y no permito
que ningún maldito
ser de Dios
se atreva a refregarme
mi miseria;
bastante tengo ya
con ser
el más feliz de los hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario