viernes, 15 de octubre de 2010

NANA 31

Yo no soy lo que tu carne necesita:

leído , colmado, expulsado

un viajero retorcido,

un perro vertical,

una alfombra comestible,

un hipócrita plegable.

Yo no tengo dientes ni ventajas

ni anécdotas hermosas,

ni paradojas,

ni timbre de voz;

yo he nacido en lo alto un olmo

y he crecido trenzando telarañas

hasta tener la edad suficiente

para saltar de la rama y ahorcarme.

Yo no debería de estar aquí,

ni deberías amarme;

algo ha salido mal…

Yo no soy para ti, ni para nadie

no soy imperfecto,

no soy invisible,

me quejo del clima

y las rodillas me sangran

con el roce del aire,

apenas llego a dos metros escupiendo,

carezco de carácter suficiente para ser adulado,

carezco de memoria suficiente para ser recordado,

carezco de carencias suficientes para darte pena.

Deberías recoger tus delirios

y llevarlos a otra casa

con más nieve en las ventanas,

meter tu ropa de papel en un saco

y huir de aquí

en busca de otra iglesia,

hacer tu vida más sencilla

arrojándome por encima de tu hombro

como una piedra

y no mirarme, no volver a mirarme nunca…

La otra mitad de mí,

la que te ama y nos cree invencibles,

continua haciéndose la sorda a mis consejos

y abre más aun las piernas

mientras nos comes la polla,

y te sujeta de la nuca

aunque nunca sea necesario.


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