viernes, 15 de octubre de 2010

JABÓN DE AZUFRE

Todo se me olvida,

todo desafina

en veintisiete años de distancia,

en las palabras de un preludio

que sumando hubiere

si quisieres consentido.

Todo se me olvida,

y excitado repentinamente

por un crucifijo abandonado

trato de recordar

si el trabajo nos haría libres

o si el ocio nos arrastra;

recordar

que pongo más felicidad de la cuenta

sobre la mesa de un extraño

que sobre mi propio cultivo,

recordar que jugar me divierte.

A, B, tendremos un escondite

bajo la colcha tejida;

C, D, tengo frascos repletos de hormigas

donde la miel ya no sabe a nada;

E, F, no quedaran casi mentiras

que reconocerte...

y así,

como si no pudiera respirar

te cantaría

las palabras del preludio

que sumando hubiere,

y si quisieres, te cantaría

las palabras de un preludio...

Si me cruzo otro día por la calle

y no te reconozco,

no me odies,

porque yo ya no te odio…

(a mí todo se me olvida)


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