Si ya ni te atreves
a llevarme la contraria,
podrían los poetas viejos
capturar palabras más bellas
de las que yo no diré nunca,
acurrucar soldados
frente a tu puerta
hasta cubrirla de limo,
acurrucar bellos poetas
cubiertos de limo viejo
como soldados apostados en tu puerta,
esperando capturarme…
y quién va a llevarme la contraria.
Cemento, cementerio, cimiento,
aguja clavada en tu cuello;
hay tantísimos niños
muertos en la calle,
que se me quitan las ganas
de hacer correcto
céntimo, centímetro , centinela
mi cara clavada en tu cuello;
hay tantísima demasía
tantísima pereza tirada en la calle
desde que se me quitaron las ganas
de hacer lo correcto...
o no.
He pasado cinco días
girando sobre mí mismo…
la verdad es que no ha habido grandes cambios
desde entonces:
la tierra tapa,
el aire pierde,
el fuego limpia,
el agua ahoga,
he pasado varios días celebrando
que el cielo ya no existe encima de mí,
que ya no debo rezar para obtener recompensas,
que ya no debo esperar más,
ni esperar más
(…que raro)
Olvidé el nombre de la calle
en cuanto acabé de leerlo,
el portal es de color rojo
el número esta arrancado
no hay luz,
el suelo esta frío
no tengo frío
me siento en casa;
Analizo mi vómito sobre la escalera:
burbuja, burbuja, patata frita,
puñal, guisante,
un pedazo de papel bañando en gelatina negra,
patata frita;
A mí no me da asco de lo mío,
guisante,
leo mis posos;
ahí están:
cemento , cementerio, cimiento
céntimo, centímetro, centinela
calambre, clama, candelabro, cajón;
y ahí está entre la maraña,
blanca,
redondeada,
la limpio, la miro de cerca,
arrugo las cejas;
es una letra de tu nombre
que vuelvo a tragarme.
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