Ojala me hablases,
sin que fuera para responder
a alguna de mis preguntas;
ojala me tocases,
sin que fuera para rozar
mi mejilla con delicadeza.
ojala tuviéramos la mesa
clavada en el techo,
para que al servir la cena,
la sopa nos cayera en la cara
para achicharrarnos;
ojala vinieras con flores a mi puerta,
ojala hubiera nacido muerto,
ojala mis caderas supieran besarte,
ojala las noches fueran naranjas
y los días elefantes,
ojala tu risa fuera el único sonido permitido,
ojala no pudieras respirar sin mi ayuda,
ojala me amarrases a tu lecho,
ojala soñaras que te abrazo,
ojala…
ojala mierda.
Estoy cansado de desear que te acerques,
de llorar como una colegiala cada vez que la tarde
se me cae encima,
harto de que las fresas,
los caracoles,
las pilas alcalinas,
las fotos del satélite meteorológico ,
me recuerden a ti
y que no estás aún;
Ya no se en qué lenguaje
decirte lo que no pienso decirte,
cómo explicarte
que el uno para el otro,
como hacerte comprender.
No tengo trabajo, ni riquezas,
pero cocino un pollo al coco
que es un escándalo,
se silbar en sueños,
puedo tocarme la nariz
con los dedos de los pies,
se hacer reír,
se tocar ,
se rascar,
se esconderme;
Puedo vomitar y mentir a la vez,
puedo ponerme tu ropa,
puedo fingir que me odias,
y salir a la calle gritando
y mascar mi oreja
sin que parezca absurdo;
se convertir el oro en arena,
se hablar de ti
como si fueras otro, lejano e inalcanzable;
se tener cosas;
tengo un castillo
hecho con remos
y errores,
tengo una mascara enorme
hecha con los jirones de las pieles
que nunca te atreviste a tocar,
tengo un jardín
grande como una puerta hambrienta,
donde podríamos pasear
mientras me cuentas historias
sobre la necedad humana;
tengo una camisa negra,
una muñeca vestida de azul,
una tractor amarillo,
una paloma blanca,
una pastilla rosa…
tengo cinco soldados apostados en la puerta,
tengo a toda la prensa
esperando que les cuente
tu respuesta,
tengo muchísimo miedo de todo,
tenia paciencia, pero ahora tengo un jersey
a cuadros precioso
que yo mismo me he tejido
y que seguro te encantaría que llevara
a nuestra boda;
tengo también una bolita
pequeña,
del tamaño de un marzo, o de un octubre
justo en el centro de todos mis pechos,
que es brillante,
y sonríe cuando te nombro
y se enfada cuando digo tonterías
y hace una cosa muy rara
cuando la luz no la toca
y es hermosa
y yo no la había pedido
pero esta ahí,
está ahí,
te lo juro…
no lo dudaba, pero sigues transmitiendo cuando escribes (ahora más que antes).
ResponderEliminarme encanta leerte, te admiro.
Maribel