viernes, 15 de octubre de 2010

CARTÍLAGO Y FAROLA

Si tú no sé

y yo de más

por qué no cuándo cuándo,

si yo también

y tú jamás

por qué no cuánto cuánto,

si yo pedí...

y las palabras se me quedaron

en casa

la misma noche en que debía de conquistarte

con toda una retahíla de sintagmas:

y yo, creo que, que creo que que, que creo, que yo, que tú,

tú, a mi,

a mi,

de veras…

Algo de lo que nunca dije hizo que me tocaras

y a la mañana siguiente

podía pedir sin miedo

(placer, invita la casa)

y me llamabas por mi nombre

y te llamaba por el mío

y no existían diferencias

entre el verbo "querer"

y "almorzar",

y balanceábamos la nariz por el suelo

buscando un rincón donde acomodarnos,

y me orinabas la espalda

y te lamia las costillas

y me pegaba a tu pie.

Si ya no sé

y tú parar

y jugueteo con la suerte

hasta hacerla vomitar

encima de mis abrazos

y más de ayer

y no pasar

y pierdo por completo las pocas nociones

que tenia del universo,

y ya no cuándo cuándo

y ya no cuánto cuánto

y arriba

muy arriba,

arriba...

sí, vayámonos arriba,

por qué no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario