De qué tener miedo
mentir
de qué tener pulso
caer,
hay un ventilador sobre mi cabeza,
respiro suavemente antes de ser ejecutado;
y tú qué?...
Si comenzamos a arrepentirnos
de todo
no vamos a corrernos nunca
y se hace tarde.
Me desnudo y me toco
sigo siendo lo mismo
las manos me han crecido,
las cejas se me siguen
cayendo solas,
mi sexo sigue en su sitio.
Te desnudo y te toco;
intento mover las orejas
y pienso en lo maravilloso
que sería reventarlas,
descubro el placer
de clavar tus fotos
en mis tobillos,
de coser mis hombros
a tus rodillas…
La calle sigue silenciosa,
la noche sigue silenciosa,
pataleo dormido
para no crecer,
para no dormir más,
para no sentir vergüenza…
y se hace tarde.
Y paseo entre los cementos
que nunca se secan,
esquivando alfileres que caen de los balcones,
cristales que no sirven para comer,
palomas que huelen a lejía,
hemisferios derretidos,
libros donde tu voz parece porcelana,
y me cubro la cabeza
con las copas de los árboles
para intentar soñar con algo
que no me dé náuseas;
así que siéntete orgulloso de mí
cuando te digo que ya no me golpeo la cabeza contra la lámpara
ni sostengo mis pulmones más allá de lo permitido
ni me rasco quemaduras que nuca existieron
ni me invento canciones infelices
ni tengo miedo
ni miento
ni miento
ni miento…
…déjalo…da lo mismo.
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