viernes, 15 de octubre de 2010

200º

Mi cuerpo se mueve,

se mueve,

gracias,

gracias por traerme hasta aquí;

por traerme a casa.

Parábamos por el camino

a limpiar la sangre

de mis tobillos,

gracias,

gracias por dejarme beber

en cada fuente del camino a casa;

en cada insulto...

Parábamos a pedir perdón

a todos los que creyeron

que podríamos amarnos,

a todos los que bendijeron

nuestro vínculo;

gracias por no caer

cuando casi flaqueaban

mis rodillas,

gracias por permitir

que me señalaran

todos tus amantes

entre risa y lastima...

Mi cuerpo se mueve,

mueves mi cuerpo muerto,

ebrio

por el camino a mi casa,

el camino,

mi casa...

Recuerdo que besaste mi espalda

mientras yacía desgarrado,

te recuerdo susurrar

parábolas que mi madre

jamás pronunciaría,

canciones que no acaban nunca,

nombres de profetas,

moléculas imposibles,

rayas,

puntos,

necedades sacadas del ultimo

ejemplar

de la enciclopedia del odio.

Gracias por quedarte;

estoy tan cansado

que no vienen a verme las noches...


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