Mi cuerpo se mueve,
se mueve,
gracias,
gracias por traerme hasta aquí;
por traerme a casa.
Parábamos por el camino
a limpiar la sangre
de mis tobillos,
gracias,
gracias por dejarme beber
en cada fuente del camino a casa;
en cada insulto...
Parábamos a pedir perdón
a todos los que creyeron
que podríamos amarnos,
a todos los que bendijeron
nuestro vínculo;
gracias por no caer
cuando casi flaqueaban
mis rodillas,
gracias por permitir
que me señalaran
todos tus amantes
entre risa y lastima...
Mi cuerpo se mueve,
mueves mi cuerpo muerto,
ebrio
por el camino a mi casa,
el camino,
mi casa...
Recuerdo que besaste mi espalda
mientras yacía desgarrado,
te recuerdo susurrar
parábolas que mi madre
jamás pronunciaría,
canciones que no acaban nunca,
nombres de profetas,
moléculas imposibles,
rayas,
puntos,
necedades sacadas del ultimo
ejemplar
de la enciclopedia del odio.
Gracias por quedarte;
estoy tan cansado
que no vienen a verme las noches...
No hay comentarios:
Publicar un comentario